MEMORIAS Y ECLIPSES

lunes, 10 de agosto de 2009

¡Pasad, memorias! ¡Pasad, recuerdos!

01-02-09

Hoy es un día especial, porque he llegado a la vida. Soy lo que soy, y lo que quiero, pero aún muy pocos pueden aceptarlo.
Retomo de nuevo este cuaderno. Vuelvo a escribir.
He recorrido tus hojas con gran nostalgia, aquellos días eran distintos, los paisajes de mi vida pintaban otros colores, las aspiraciones eran grandes, mi esperanza estaba en pleno retoño pese a las dificultades.

Todo es tan triste ahora, trato de controlar mis emociones una a una, como antes solía hacerlo, pero me encuentro con mi desconcertada alma, con la soledad que ciertamente he descubierto, con el desasosiego frente la imposibilidad de una vida normal, sólo un tormento de larga noche, sólo el comienzo de lo inexplicable.

(fragmento 2002)
Son mis tres colores, a los que admiro y prefiero, ninguno prevalece sobre otro. Los quiero por igual, los consiento a diario, y son mi fuente de tristeza y alegría. Estos colores causan en mi muchas sensaciones, pero no sólo eso, también despiertan sentimientos muy grandes, de emoción, de simpatía. Son precisamente ellos los que trascienden mi imaginación, me llevan a soñar y a soñar en un mundo infinito, donde todo se torna gris pero de pronto se esparce el azul, donde la naturaleza con sus arboles me brinden tranquilidad y sosiego, el frío y la neblina me ayudan a pensar en la posibilidad del calor, a experimentar la sensación de sentirse libre, en medio de tanto verde, en medio del cielo en donde hay nubes grises y espacio azul. Para mi en la vida siempre habrá una parte oscura, melancólica, otra viva y clara, porque lo uno depende de lo otro.

Con el verde me siento a salvo, libre y segura. Con el gris me siento melancólica, triste, pero no derrotada, porque me lleva a una profunda reflexión, por tal razón me gusta ver llover; en algunas ocasiones, para mi representa la sencillez que creo yo me caracteriza. Con el azul me siento en el cielo, para mi representa mis sueños, mis aspiraciones, el azul es tranquilidad como las olas del mar, pero al mismo tiempo es frío.

Eres tú mi palabra sueño que palpita día a día en mi corazón, que inundas mi cabeza con tu poder insinuante y conquistador, eres tan poderosa como un vendaval, vas de un lado a otro como un niño en busca de su juguete.

Hoy¿Sabes cuaderno? Ahora mi color es el gris. El azul prontamente ha desvanecido, me aterra mirar el cielo y descubrir, que antes, era parte de el. Mis sueños se desmoronan lentamente. Ya no hay más corrientes de agua salada, ya no hay un oleaje tranquilo. Creo que mi vida es como el cielo mismo en pleno invierno. El verde, la naturaleza, quien era antes mi más tierna amiga, torna lentamente al casi indescriptible color ocre, sólo dejo hojas secas tras mi paso.

Volver al hospital y por lo mismo no fue fácil, al sentir aquel olor, la de aquella sustancia, que me devolvía la respiración, regrese a la infancia, recordé cuanto sufría yo en ese entonces, esto fue un aliciente para mí, pues ahora era más fácil soliviar el dolor que penetraba al mismo tiempo que el oxigeno.

Fantasía, ¡Oh anhelada fantasía! Recorre los senderos de mi alma, aniquila las tormentas que me atrapan, condúceme al infinito; a mis entrañas.

Este escrito está lleno de incoherencias de eso se trata, tan enmarañado como estas consonantes, estas vocales que aquí plasmo. La tristeza es tan infinita como el universo mismo, quisiera olvidar de pronto que quizá existo, comunicarme como en tiempos remotos por señales de humo, cerciorarme en mis más descabellados sueños, dormir eternamente, morar sin causa alguna, internarme en el vacio…
DESAPARECER

EINSAME DAME,
LA_MUSA

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