MEMORIAS Y ECLIPSES

lunes, 23 de noviembre de 2015

Monólogo






¿Para qué un enero rescatado del abismo?
¿Para qué este amor sin el fruto de la pasión?
Este desencanto que mata los besos.
Este mal trecho camino, que se desmorona
ante los ojos y nos mira. ¿Y se conforma
con los ecos derramados de aquéllos susurros?

La piel se espesa y ahuyenta a la ternura.
El deseo cae al precipicio y
a ciegas quedan, las caricias maduras.
¿Sólo queda barro en nuestra textura?
¿Sólo existe  un te quiero sin sueños?
Grandes alfareros dieron vida al barro, a los sueños.

Los sentimientos se me hacen ajenos.
Mi boca pierde el tacto. Manos distantes,
que sólo cobran vida en otros eneros.
¿Son esto agujas enhebradas de castigo?
¿El plácido pago a la amargura?
¿Lapidada e incurable esta herida?

¿Somos pues, sonámbulos que no encuentran su tierra
prometida? ¿ Aves de presa que nos devoramos,
mientras las lágrimas se vierten con quejas o sin ninguna?
¿Somos  reproches convertidos en hogueras?
Somos…
Cachorros perdidos en el infortunio de la locura.

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