MEMORIAS Y ECLIPSES

lunes, 10 de marzo de 2014

... designio y paradoja


Quizás el teatro supremo me negó su protagónica razón,
así; el fulgor albino se ocultó en el horizonte,
Alejándose con la brisa silenciosa y nuestra ausencia de palabras,
con las letras numeradas que describen el exordio,
el esplendor y el final de aquel tránsito celeste.

Seguro no encontré el Partenón
  para hacer de él mi perpetua morada,
Así; tampoco a su regente
  dispuesta a cobijar el brío de mis noches eternas,
(quizás en fijación)
Tampoco el silencio en mis ojos;
Cuando mi destino es despertar 
  y deslizarme en el onírico infinito.

Seguro no tuve palabras,
Seguro no tuve respuestas,
Tampoco las preguntas apropiadas.

Y de pronto! Y de nuevo,
No me quedaron más que el yermo
  y el execrable reposo del crepúsculo indefenso.
No beldad celeste ni deidad para el Nemo
  de la luz oscura y el desecado alarido.

Pero el cosmos y el Olimpo,
El azur y el templo,
Desconocen que sin su historia…hay historia,
y por supuesto un designio.
(“una fracción de eternidad, todavía es eternidad”)

Tengo ahora un momento desprovisto de fulgor sideral,
De soberanos revuelos ante la deidad estratega.
Tengo entonces un vacío en lo vacío,
Pero poseo el encuentro donde reside mi cuervo.



Quizás la propia euforia me develó el secreto,
Así; la lucidez más allá del incorpóreo terreno del la noche.
Apresándome en el fuero de las cúspides altas,
con el silencio que supone el contemplar lo desmedido, dispuesto y veraz.

Sobre seguro están las 9 líneas
  que me confieren el escape,
Así; también la analogía que inevitable
  se concede en la visión reciente,
también el vocablo regente (lejano)
cuyo ensueño es tangible y se levanta y desciende
  como el fruto de la vid.

Seguro no busca palabras,
Seguro no busca respuestas,
Tampoco preguntas inciertas.

Y con calma, y sin sospecha,
Me descubro en el fervor del estío
  y la densidad cronológica detrás del ensueño.
Premura y asechanza conjugadas
  con algarabía y sosiego.

Porque el lóbrego día y el cuervo
La analogía y el silencio,
Encontraron la alianza más allá del tiempo
Y el preludio sin principio+
(Déjà vu de otro ensueño repetido)

Tengo ahora un momento de generosidad redundante,
De segundos acunados en el aroma de la similitud excedida.
Tengo entonces una vivencia de ensueño en vigilia.
Pero tengo la paradoja del cuervo, en existencia viva.

DRYELL © Todos los derechos reservados.
EDUARDO DRYELL, DRYELL_POET, y mi nombre verdadero el cual me reservo.

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