Recién había
llegado a aquel mundo; y asomó a la ventana.
De este
lado del Atlántico, Helios; desde lo alto; alardeaba de su cálido fulgor
dorado. De aquel lado, Selene comenzaba su paseo por el índigo infinito que
cobija el ensueño de los usuales humanos, mientras ella; la protagonista de tal
acto, provoca el aullido de de las bestias solitarias en los bosques, y roba el suspiro de los que se creen (y los
que son) poetas.
-Buenas
Noches- debió decir aquella cuyo nombre significa “Hermosa por dentro y por
fuera”
-Buenas
Tardes- contestó el recién llegado
(seguramente)
Y así, comenzó una charla de la cual no existe
memoria precisa en ningún intelecto
humano; pero que fue registrada en el libro de la vida de aquellos presentes.
Cronos mismo escribió ese capitulo. Cronos mismo; aún relata esa historia.
-Es de
noche aquí – debió decir la diosa, quien con gentileza, manifestó haber llegado
a aquel mundo no mucho antes.
-Bienvenido, siéntete cómodo-. fue en resumen; el discurso
de la noble e intangible figura de nombre ancestral, el cual nunca necesitó
decir; pues se encontraba grabado en una esquina del brillante cristal a través
de la cual manifestó su existencia.
La voz sin
sonido, siempre sensata, firme y a la vez tranquila, permitió que los minutos
rodaran sin ninguna pretensión o alarde ...
Aquel; era
un mundo nuevo para el viajero cuyos ropajes eran la noche de sol y el día
nocturno
Otrora el
Sol; había descubierto las brunas y líquidas palabras del errante; había
atendido a sus silencios hablantes y a la voz extendida en la blancura
indefensa. Luego, fue la Luna ;
quien entonces replicó: “Encuentra un lugar para las palabras sin voz y siembra
allí”
De aquello;
hace ya 12 eclipses solares (sobre La
Tierra ) y cerca de 4841 caídas de la estrella regente por el
horizonte de la península.
-Ha
resultado muy grato- debió decir el extraño de la voz azul (Y lo fue)
-Igualmente-
debió contestar la sutil dama con insignia de diosa y templanza de mineral
azabache.
No pasarían
muchos días desde el primer encuentro, para que aquellos desconocidos sin
rostro y con voz luminosa se encontraran de nuevo; y dialogaran e
intercambiaran retratos verbales; los cuales darían al eclipse y la esposa de
faraón la oportunidad de descubrir o quizás develar la fisonomía de su esencia.
Luego una y otra vez más; las reuniones se sucedieron, hasta que las palabras “extraños” y “desconocidos” caducaron; y ya
no pudieron ser enunciadas en la historia cuyo exordio no es otro que este.
Seis, siete
horas, eso jamás ha cambiado; A veces el
eclipse queda atrás en el tiempo, o quizás es Ella, quien llega primero al
mañana, sin embargo como fruto de un enigma
del tiempo o un evento mágico; los seres se reúnen, sin ayer ni mañana,
para continuar develando los misterios de sus intangibles vidas y continuar grabando
su perdurable historia, historia que hoy tiene su propio lugar, su propio rincón
en el vasto infinito; historia que llevó a construir - EL Templo de las Memorias.
no importa que repose en mi cielo la luna o el sol... la noche o el día.... leerte, me transporta hacía atrás, a 4821 caídas de estrellas.... y me arrancas una sonrisa....
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