MEMORIAS Y ECLIPSES

viernes, 26 de abril de 2013

PRIMAVERAS

Ya hace mucho tiempo, hubo un cruce de primaveras en estas memorias.... 
Una primavera gris y dormida, fue una prosa que en delicados momentos  escribí, al no poder hacerlo en unas estaciones vibrantes, llenas de vida. En aquellos días, mas bien, existía oscuridad...un abismo sin salida..
Mi primavera no fue lo que una esperaba (en aquélla época no  hubo inspiración, ni arco-iris, ni verdor).... los colores verdes no existían.. 
Pero me gustaría dejar aquí, la otra cara de la primavera que mi amigo Dryell dejó sembrada. Un poema que he leído muchísimas veces, y me ha traído calma, una sonrisa, y ese arco-iris de colores que tienen tan especial las estaciones. Letras que él, ha hecho mías... Una primavera llena de luz, de amistad, en la que, cómo el bien dice, ha dejado.. su esencia.

Aquí os dejo este poema de             Eduardo Dryell.



No preguntes por tus primaveras,
¡Jamás! dudes de ellas,
Yo he vivido, ¡soy testigo!
-del perfume de tus frondas de dulzura
y el arrullo de la calma en tu palabra.
Yo he logrado percibir y atesorar la
caricia que nombraste azahar
y que ha buscado mi mejilla, cruzando el Atlántico
-para traerme y entregarme el mensaje de tu inmarcesible alma.

¡Loor! Por el incienso,
los frutos y el almíbar que otorgaste a mis memorias,
aquellas, donde las semillas de tu nombre proclaman el ayer
como el eco azucarado de tu fraternal abrazo.

¡Sí! Lo he vivido.
Y lo llevo en mi
-como el trinar de las aves canoras cuando encuentran el alba.
¡Loor! De nuevo
Y otra vez.
-porque aún en el otoño de tus letras
Se encuentran las semillas de inefables primaveras
así, como el invierno de tu ausencia es mitigado en el fulgor de tu noble recuerdo.

No preguntes por tus primaveras...
Un tanto de sus vívidos colores y el bálsamo de su intangible eternidad
brota y permanece en la memoria y el marchante que riega las venas de un
silencio...
al otro lado del mar.

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