...

Y escuché callado los silencios…
-cuando la palabra me dejaba oír.
Y vi llamarada y hojarasca,
Y algunas cicatrices que no brotaron en la piel
y oscuridades disueltas y otras luces apagadas;
-Como el segundo extendido...
y un futuro ayer.

Pero la enorme no se calla ante mis ojos,
aunque el viento no se mueva o la lluvia olvidara sus lastres.

Y olvidé decir quizás mejor silencio,
y escoger mejor vacío y un par de suspiros.
La memoria es sepultada entre capas de tiempo,
mientras las ventanas caen … goteando sus vidrios.


Y observé sin los ojos la forma sin sombra
-cuando la luz se apagaba en su destino (al otro lado)
y escuché los cristales reflejar el vacío,
y a la pluma decir que ya nunca lo haría,
y al azul negar su fin;
-Como un intento de olvido
y un cenizo acaecer.

Pero la tinta es cobarde y recurrente en su vicio
aunque sin blanco no hay mancha o figure en pedazos que se han de perder.


Y dejé pasar el tiempo sin afán pues ya no existe,
y tal vez me marché sin saberlo -de donde nunca estuve.
Lo intangible se aferra de un ayer que se resiste,
mientras la vida se apaga detrás de las cumbres.

DRYELL.