MEMORIAS Y ECLIPSES

lunes, 24 de febrero de 2014

A Song for the Night - Daniel Deniehy (Traducción DRYELL)

1889 - The Starry Night -  Vincent van Gogh
Oil  on canvas.


O the Night, the Night, the solemn Night,
When Earth is bound with her silent zone,
And the spangled sky seems a temple wide,
Where the star-tribes kneel at the Godhead's throne;
O the Night, the Night, the wizard Night,
When the garish reign of day is o'er,
And the myriad barques of the dream-elves come
In a brightsome fleet from Slumber's shore!
O the Night for me,
When blithe and free,
Go the zephyr-hounds on their airy chase;
When the moon is high
In the dewy sky,
And the air is sweet as a bride's embrace!

O the Night, the Night, the charming Night!
From the fountain side in the myrtle shade,
All softly creep on the slumbrous air
The waking notes of the serenade;
While bright eyes shine 'mid the lattice-vines,
And white arms droop o'er the sculptured sills,
And accents fall to the knights below,
Like the babblings soft of mountain rills.
Love in their eyes,
Love in their sighs,
Love in the heave of each lily-bright bosom;
In words so clear,
Lest the listening ear
And the waiting heart may lose them.

O the silent Night, when the student dreams
Of kneeling crowds round a sage's tomb;
And the mother's eyes o'er the cradle rain
Tears for her baby's fading bloom;
O the peaceful Night, when stilled and o'er
Is the charger's tramp on the battle plain,
And the bugle's sound and the sabre's flash,
While the moon looks sad over heaps of slain;
And tears bespeak
On the iron cheek
Of the sentinel lonely pacing,
Thoughts which roll
Through his fearless soul,
Day's sterner mood replacing.

O the sacred Night, when memory comes
With an aspect mild and sweet to me,
But her tones are sad as a ballad air
In childhood heard on a nurse's knee;
And round her throng fair forms long fled,
With brows of snow and hair of gold,
And eyes with the light of summer skies,
And lips that speak of the days of old.
Wide is your flight,
O spirits of Night,
By strath, and stream, and grove,
But most in the gloom
Of the Poet's room
Ye choose, fair ones, to rove.

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Una Canción Para La Noche.


Oh! la noche, la noche , la solemne noche,
   Cuando la Tierra hace su pacto con la zona del silencio,
Y el ornado firmamento se presenta como un ingente santuario;
   Donde las hordas estelares se arrodillan, ante el trono de la Divinidad;
Oh! la noche, la noche, la mágica noche,
   Cuando el bullicioso  reino del día termina,
Y  miríadas de navíos traen los espíritus del ensueño,
    Una horda rutilante  -de la costa del sosiego.
   Oh! la noche para mí,
   Cuan libre y jubilosa,
 El aliento reclama el aire como un sabueso en cacería;
   Cuando la Luna se coloca en lo más alto
   De aquel cielo engalanado de rocío,
Y la brisa es dulce como el abrazo de una dama prometida!

Oh! la noche, la noche, la encantadora noche!
   Al  costado de la fuente, a la sombra del mirto,
Toda la velada se desliza suavemente en el aire soñoliento;
   Sobre los arpegios de la serenata.
Mientras tanto los centelleantes ojos fulguran entre las celosías de vid,
   Y los nacarados brazos se inclinan desde las barandas esculpidas,
Y descienden los suspiros sobre los hombres allí,
   Igual que el manso susurro del arroyo sobre la montaña.
   El amor en sus ojos,
   El amor en sus suspiros,
El amor en cada pecho hermoseado con un lirio brillante;
   (El amor) En palabras muy claras,
   Para que el oído atento oiga,
Y el corazón que da espera les pierda.

Oh! La Noche silenciosa, cuando el estudiante sueña
   Multitudes de rodillas junto la tumba de un sabio;
Y  sobre la cuna, los ojos de la madre manan
   De rocío ante las pálidas mejillas de su crío;
Oh! la tranquila noche, cuando silenciada y conclusa
   Es la marcha de ataque en el campo de batalla,
Y el sonido de la corneta y el resplandor del sable,
   Mientras que la luna se ve triste sobre las multitudes inertes;
   Y las lágrimas se manifiestan
   En la mejilla imperturbable
Del vigía que deambula solitario.
   Pensamientos que ruedan
   A través de su alma sin miedo,
Remplazando el impávido tesón del día.

Oh! la sagrada noche, cuando llega la memoria
   Con un aspecto suave y dulce para mí,
Sin embargo, sus tonos son tristes como una etérea balada
  En la infancia escuchada sobre las rodillas de una nana;
De  multitud de formas estiradas perdidas
   Con las cejas de nieve y el pelo de oro,
Y los ojos con la luz del cielo de verano,
   Y labios que hablan de los días de antaño.
   Amplio es tu vuelo,
   Oh! espíritus de la noche,
Por los valles y corrientes, y arboledas,
   Pero tu mayor parte habita en la penumbra
   Del recinto del poeta;
Allí escoges, justamente,  divagar.

(Traducción DRYELL)
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1 comentario:

  1. me dejaste que pensar en este poema...que dejas en palabras claras, para que mi oído atento oiga, a pesar de estar en memoria universal

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