MEMORIAS Y ECLIPSES

domingo, 3 de noviembre de 2013

SABES DE MI


Sabes de mí. De mis  nostalgias perdidas,
de mis profundos deseos que se alimentan,
del sustento de mi corazón dormido.
Sabes, de mis imperfecciones ocultas,
de mis impurezas, de mis grandes desdichas,
del dolor que me trajo la dura vida.

Sabes de mí. De la injusta realidad,
que dejó mi infancia apagada.
De mis ahogos, de mis penas...
de los tatuajes que la vida marcó
en la niña que yo fui un ayer,
cuando mi sueño, dulce, tierno,
era sentir el rumor de las aguas,
a regazo de unas manos queridas.

¡Supiste de mí, inseparable amor!
De las noches que mis ojos lloraban
sangre amarga, como lanceoladas,
como machetes, como estacas que se clavaban,
en un corazón joven,  inocente,
con la mirada... siempre perdida.

Sabes de mi. De mis duros recuerdos.
De cuando a la luz del día temía.
De cuando a la noche odiaba. Malos sueños.
Sabes de mi. De mis nostalgias perdidas.
Sabes, del ángel que me dio sus alas,
para escapar del miedo, de las llamas
 de un infierno, dónde el amor... era ausencia.

A escondidas, hurtaba un dulce olvido
a mis pesadillas.. Año tras año.
Día tras día, intentaba desvelar,
el porqué esta cruz, custodiada por quién 
me dio la vida, la luz, el aliento,
descuartizaba mi alma, mi cuerpo,
sin un sentido justo. ¡Dios! que desespero.

Sabes de mi. Amor bendecido
de las sedas que me envolvían
en mantas de suaves perlas.
De los manjares, deliciosas fresas,
que en cuencos de plata, adornaban mi mesa.
Telares lujosos, con preciadas gemas,
colgaban de paredes como una cascada,
dónde se realzaba toda su belleza.
¡Cuánta apariencia!

Pero la vida real, era mentira.
Sueños rotos. Marcas en la piel,
llagas ensangrentadas en mi triste sonrisa,
afloraban en cada momento. Día a día.
No era persona. Ni vida. Ni alma alguna.
Nací en este mundo con todo. Con nada.
Con la barra de pan sobre mí, sobre la espalda.
Con su frío hierro que me acaloraba
en los fríos días del estío...
en calurosos atardeceres del invierno.

Supiste de mi, dulce sueño.
De la vida sin vida que yo viví.
Y hoy, gracias a ti.. soy persona,
soy aire, soy la luz, soy el viento
que siempre que mira hacia atrás
tan sólo ve... un mal sueño.

Onice © Reservados todos los derechos.

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