Hace unos días, en nuestro regreso a este blog, mi buen amigo Dry, quiso darle a este espacio, ese tono dorado que tiene el ámbar... se sentía atraído por esta tonalidad, por lo que, siendo que soy una amante de las piedras, he querido dejar aquí... nunca mejor dicho, para estas memorias y eclipses, la memoria del ámbar.
El ámbar, es una resina vegetal y orgánica, que cuenta con una existencia de tan sólo 45 millones de años. Los árboles, producen una resina para defenderse de insectos, arácnidos y enfermedades. Ésta, en su proceso de polimerización, mientras se endurece, deja atrapados a éstos, mohos, musgos y otros restos de materia órganica,. por lo que se crean verdaderas joyas transparentes, que nos dejan ver, en cierta forma, otro mundo distinto, cada gema diferente a nuestra memoria.
Se dice que previene a las personas que padecen pesadillas o sufren miedos. Nos aporta equilibrio y nos da una percepción más clara a los pensamientos. Excelente para prevenir cefaleas, dolores de cabeza y todo lo referente al sistema nervioso. Atrae las energías positivas, potencia la creatividad y el intelecto, y se dice que es un vínculo en la amistad. La República Dominicana, Polonia, México, España son algunos de los lugares dónde se puede encontrar estos yacimientos.
El color más común que encontramos es este tono marrón dorado, aunque también existen en tonos verdes, por sus incrustaciones de musgos, diferentes tonalidades de marrones anaranjados, negros y blancos.
Abre los chakras de la cabeza, la garganta y del plexo solar.
Sus afinidad es con Libra, Cáncer, Virgo, Leo, Capricornio, Sagitario,
Tauro y Acuario.
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