Mar mecido por la noche...
Puntas estelares bañadas
por el húmedo salitre
de este tesoro; olas plateadas
dormidas bajo la luna llena,
calmadas como dulce sonrisa
que la cara de un niño evoca.
Mar que mecen mis ojos,
con la gran bola blanca
vistiendo este bello óleo.
Con susurro lóbrego,
en el aire dispersa
la nostalgia que muerde
mi hambrienta boca.
Mar que rozan mis manos...
Muda melancolía
que abraza mis labios.
Entre dedos apretados
bailan las agua claras
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