Siento mis ojos
ausentes…
Noto a mis ojos
rebuscar, en el huracán de mi soledad.
Y oigo el rumor
de las olas, que lentamente, van quebrándose,
al sentir, el
murmullo de mi ausencia.
Mi alma huye
desesperada,
mientras sigue
escuchando, como un silbido inmortal,
el tono de voz
que tus olas desgarran
al romper junto
a tu lecho nupcial.
Mi corazón se ha
quedado en calma.
Pero mis ojos,
siguen ausentes…
El viento sacude
tu fina arena
ofreciéndole tu
pureza, a las nubes.
Yo, me sumerjo
en tu mundo
que me va
envolviendo poco a poco.
Lentamente.
Mis ojos han caído
en el agua de tu calma.
Mi ausencia ha
resbalado entre tu turbulenta marea.
Se ha disipado
el día.
Dejando paso, a
la noche estrellada.
Tu sonido, tu
voz, tu cuerpo me roza,
queriendo
habilitar, a mis ojos ausentes.
Tu espuma blanca
colma mi dicha.
Dejando amarrada, la ancla vieja.
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