Paredes
pintadas
de gemidos…
Momentos
sensuales
endulzando
las sábanas.
Un suspiro.
Un roce.
Suavidad…
Caricias…
Tu cuerpo.
Mi cuerpo.
…Dilatados
en pasión.
Susurros
encadenados,
alocados,
abrazados
en el éxtasis.
Labios rojos.
Rubí fuego.
Llama contra
llama. Deseo
codicioso
que al edén
nos transporta.
Al final del viaje…
Tu rostro pegado
en mi vientre…. reposa.
Ónice Canet
Un hermoso poema en crescendo, desde los sutiles momentos del encuentro hasta hasta el culmen de la llama en la pasión. El final tiene el broche perfecto. Estupendo poema ONICE, disfruté con su lectura.
ResponderEliminarUn saludo.
Tesa.