MEMORIAS Y ECLIPSES

sábado, 13 de abril de 2013

EL TEMPLO DE LAS MEMORIAS


Prólogo



Existe un templo para las memorias y los eclipses. Allí, hay una diosa de tierras milenarias y habita desde que la luna, fue iluminada por el sol... por siempre. Desde la tierra apenas se diferencia, pasa desapercibido. Tan sólo unos pocos, saben de su existencia. Es un punto diminuto perdido en el espacio, está rodeado de planetas, y uno de ellos, el que está alineado hacia el templo dorado, es el hogar del Señor de los Eclipses (así se le conoce en el cosmos). Él, fue quién lo construyó, estrella a estrella, con sueños y razones, y por ello, es el guardián, el protector de todos los que allí moran.
Lo mantiene en pie, con todo su esplendor, para que la magia, las ilusiones, las palabras nunca decaigan.

   Sobre el universo celeste, yace el pequeño santuario, morada de algunas almas. Sus bóvedas, están construidas de firmamento e infinidad de estrellas fugaces la recorren,  dejando en su espacio luz, profundidad, paz a los que la observan.
  Pero hay una estrella fugaz especial. Su brillo es más intenso y a su paso esparce minúsculas partículas que se reflejan en cada rincón del templo, dibujando fina arena en una orilla de la playa de ese universo. Pernota desde que la luna está presente, aunque no sea de noche. Y el señor de los Eclipses, le ha dado un nombre... una estrella especial, llamada Itamar.
 Una dama de azul es la musa del templo. Vive en cada estancia. Su cuerpo flota en el aire con la suavidad y delicadeza que le merece, como una hada angelical, siempre compañera del silencio. Se comunica con el Señor de los Eclipses, pero jamás con palabras. Son sus almas las que hablan, unidas por un pequeño mundo dónde no existe el adiós. Un mundo de ensueños, dónde la magia y la amistad, siempre prevalecen.

  Una pequeña sirena, ha varado en el templo. Es de una gran belleza, pero mucho más por dentro. La dama la recibe, con los brazos abiertos. La estrella fugaz la envuelve y le habla de océanos, de rojos corales, que ha visto por su paso por el mundo (por los comienzos). Para la grácil sirena, no hay vida en el templo. No hay aguas para permanecer, no hay mundo para sumergirse, y varada, poco a poco, va consumiéndose.... Pero el Señor de los Eclipses, guardián de todo el cosmos, un pequeño mar azul, en el templo ha creado. Le ha dado el color de la vida y de la amistad, el de la confianza, y la pequeña sirena, ha hecho ahí su morada.

  Hoy, habrá un eclipse, y la dama de los cuervos visitará el templo de las memorias. Y como cada día, la gran bola amarilla resurgirá, y la oscuridad, será luz, iluminando el vuelo de una dama. Sus ojos resplandecerán borrando de ellos, sus tristezas. Es una atracción especial, la que la acerca, la que la atrae.
  La diosa del templo,  el Señor de los Eclipses, la estrella fugaz llamada Itamar, la sirena pequeña varada, la musa, y la dama de los cuervos, vivirán por siempre, en ese universo azul, dónde el silencio, la palabra, la luz, la amistad, quedará por siempre, latentes en sus memorias.

aquí dejo esto, para que el Señor de los Eclipses y todos los moradores  de este templo... dejen la continuidad de esta historia.
Con mucho cariño, para todos ellos.

4 comentarios:

  1. ... y no podré negar que sonreí, mientras mis ojos recorrian las palabras con el afán de leerlo todo, y la calma de no perderme nada.
    y no podré decir que no sentí nostalgia, y un poco de pena, y que tuve ganas de escribir y de callar.
    El templo no muere, aunque las arenas del tiempo a veces le arropen y le oculten, aunque la Estrella no sea permanente. y es que las estrellas fugaces no son permanentes! y esa es su magia, pues se les anhela y extraña, hasta su retorno,
    El templo no cae, aunque La Musa se esconda o se marche a inspirar otros cuentos (este es su hogar y siempre podra regresar)
    El templo no sucumbe; a pesar de que la hermosa sirena se aparte al buscar las aguas de sus sueños, de sus ansias y del constante desarrollo de su ser.
    Este templo ¡No cae! porque tiene la templanza del Onice; y la magía de la Diosa que trasciende los embates del tiempo.

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  2. Como es natural en tí, la magia nace en lo profundo de tus células y se expande a todo tu alrededor y al mundo.
    Has hecho lago grande con este pequeño refugio, Dry. Y, no podía ser de otra manera, siendo tú, gran detentor de magia y grandeza quien lo escgrimió primero en su corazón, luego le dió forma en su mente y finalmente sucumbió a la necesidad de compartir tanta belleza con el mundo.
    Se me pegaron gotitas de nostalgia.

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  3. Oh...yo y mi distracción, quien sostenía la pluma eras tú, preciosa Nefer, disculpa mi confusión. Lo dicho vale lo mismo para usted, una bella alma, definitivamente..

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  4. Yo solo dejaré una huella, porque no tengo palabras para describir lo que esta historia con nombre personal ha hecho en las estrellas, porque es de noche pero entre tanta nubla y tanta sombra que no me pertenece he visualizado mi esencia. Mil abrazos Nefer

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